En la vida, hay espacios que sabemos que merecemos ocupar, pero algo nos detiene. Ese “algo” es el miedo. No es un miedo cualquiera, sino uno profundo, que surge cuando nos enfrentamos a la posibilidad de avanzar, crecer o mostrarnos tal como somos.
Este miedo no solo aparece en situaciones extraordinarias; está presente en momentos clave de nuestra vida, como:
- Tomar el liderazgo que sabemos que nos corresponde, pero que evitamos asumir.
- Cerrar ciclos que ya cumplieron su propósito, aunque nos cueste soltarlos.
- Mostrar nuestras habilidades, conocimientos o talentos con seguridad, sin minimizar lo que somos.
- Salir al mundo –ya sea en espacios sociales o digitales– con la confianza de que tenemos algo valioso que aportar.
Aunque parezca irracional, este miedo tiene una función: intenta protegernos de un posible rechazo, fracaso o dolor. Es una parte de nuestra mente que aprendió, en algún momento de nuestra historia, que exponernos podía ser peligroso. Tal vez fue una experiencia de crítica, vergüenza o inseguridad que quedó grabada y que ahora actúa como una barrera cada vez que queremos avanzar.
Sin embargo, esa barrera no es insuperable. El miedo no está ahí para detenernos, sino para mostrarnos dónde está nuestro siguiente desafío. Nos está diciendo: “Aquí hay algo que necesitas resolver, algo que merece tu atención”.
Muchas veces, detrás de ese miedo, hay creencias inconscientes que nos limitan. Pensamientos como “no soy suficiente”, “no merezco esto” o “no estoy preparado/a” suelen estar en la base de nuestras dudas. Pero estas creencias no son verdades absolutas; son patrones que podemos identificar, comprender y transformar.
En terapia, trabajamos para reconocer esos patrones y liberar las emociones que los sostienen. Porque ocupar tu lugar –en el trabajo, en las relaciones, o en tu vida interior– no es solo un deseo, es un derecho. Superar este miedo no significa que desaparezca para siempre, sino que aprenderás a avanzar a pesar de él, a usarlo como una brújula que te guíe hacia tu crecimiento.
Tal vez sea el momento de comenzar a construir el camino hacia ese espacio que mereces. En terapia, podemos recorrer juntos ese proceso y descubrir las herramientas que necesitas para avanzar. ¿Estás listo/a para dar ese primer paso?